La realidad del ciclo menstrual y el SPM o Síndrome Premenstrual

Esos días en los que secas a las plantas, cortas mahonesas y alguna cosilla más..., están relacionados con tu bienestar psicológico. Tu salud física y emocional se ve afectada por tu ciclo menstrual, conocerlo y vivirlo con consciencia puede ayudarte a sentirte más equilibrada.

Laura Parra

julio 18, 2020
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La realidad del ciclo menstrual, el SPM y TDPM

 

Esos días en los que secas a las plantas, cortas mahonesas y alguna cosilla más…, están relacionados con tu bienestar psicológico.

Tu salud física y emocional se ve afectada por tu ciclo menstrual, conocerlo y vivirlo con consciencia puede ayudarte a sentirte más equilibrada.

En este post vamos a hablar sobre la realidad del ciclo menstrual, la menstruación y el síndrome premenstrual y el trastorno disfórico premestrual.

 

  1. La menstruación
  2. El ciclo menstrual
  3. SPM y TDPM

1. La menstruación

 

En numerosas consultas con niñas y adolescentes surgen miedos e inquietudes sobre la regla. Algo que parece normalizado y “pasado de moda” continúa provocando malestar en las niñas y adolescentes. El miedo y la vergüenza siguen estando presentes alrededor de la menstruación, escondemos los tampones, compresas o copas menstruales como si de algo negativo se tratara. En nuestra época más tierna le susurramos al profesor o profesora (en el mejor de los casos) nuestra necesidad de ir al baño y llegamos a él como si fuéramos una auténtica ninja. No sabemos porqué, pero hay que disimular, como si de algo “oscuro” se tratase.  

La menstruación empieza en la pubertad con la menarquia y cesa definitivamente con la menopausia. Biológicamente la menstruación es la descamación del revestimiento interno del útero (endometrio), que se acompaña de sangrado. Se produce aproximadamente en ciclos mensuales durante los años fértiles de la vida de la mujer, excepto durante el embarazo. 

Existen algunos mitos sobre la regla que nos llevan acompañando toda la existencia, algunos de ellos son más evidentemente falsos como: si tocas las plantas con la regla se secan, las mahonesas se cortan… Otros se mantienen más activos y dan lugar a dudas como: no es posible quedarse embarazada si tienes la regla, es mejor no hacer ejercicio físico, la sangre se coagula dentro del cuerpo si te bañas, se sincroniza entre mujeres que viven juntas, o es malo tener relaciones sexuales mientras menstruamos. Todos ellos: falsos.

2. El ciclo menstrual

 

Los ciclos menstruales varían entre 25 y 36 días. Solo del 10 al 15% de las mujeres tienen exactamente ciclos de 28 días, mientras que como mínimo en el 20% de las mujeres los ciclos son irregulares, es decir, más largos o más cortos que el intervalo normal. Además no tienen porque ser exactamente iguales todos los ciclos de una misma mujer.

El ciclo menstrual está regulado a través de hormonas. Concretamente las hormonas luteinizante y foliculoestimulante que son son producidas por la hipófisis. Estas hormonas regulan y promueven la ovulación estimulando a los ovarios para producir estrógenos y progesterona. Éstos últimos estimulan el útero y las mamas, preparándose así para una posible fecundación.

En el ciclo menstrual se pueden diferenciar en cuatro fases:

  1. Fase folicular: antes de la liberación del óvulo. El cuerpo se prepara para la liberación del mismo y hace crecer el recubrimiento interno del útero.
  2. Fase ovulatoria: liberación del óvulo.
  3. Fase lútea: después de la liberación del óvulo. El cuerpo estará preparado para recibir el óvulo fertilizado o para comenzar un nuevo ciclo.
  4. Menstruación. 

La sangre expulsada durante la menstruación oscila entre 15 y 75 cm3, además la sangre menstrual, a diferencia de la sangre que brota de una herida, no forma coágulos a menos que el sangrado sea muy intenso.

Conocer en qué fase del ciclo menstrual te encuentras y satisfacer las necesidades asociadas a la misma, es un acto de autocuidado. A modo de ejemplo, te dejo una interesante infografía (la autoría aparece en la base de la imagen):

fases-ciclo-menstrual

3. Síndrome premenstrual y trastorno disfórico premenstrual

 

El síndrome premestrual (en adelante SPM) se caracteriza por una combinación de síntomas físicos y emocionales que muchas mujeres sienten después de la ovulación y antes de la menstruación (pudiendo oscilar desde una semana o dos). La explicación de porqué aparecen estos síntomas se encuentra en los niveles de estrógeno y progesterona  (hormonas sexuales producidas por los ovarios y la placenta) que comienzan a caer de manera drástica cuando no se produce un embarazo. Los síntomas desaparecen unos días después del periodo menstrual al revertirse dicha situación.

Algunas mujeres no presentan síntomas del SPM, algunas otras de manera leve y en algunos casos de manera grave o severa. Cuando el cuadro es grave y se cronifica nos encontraríamos ante un posible trastorno disfórico premestrual, pero de esto hablaremos más adelante.

Cuando estás embarazada o en proceso de menopausia el SPM no aparece y en el caso de los embarazos, su regreso puede darse con particularidades diferentes a las vividas antes de dicho embarazo.

En los últimos estudios se ha determinado que tres de cada cuatro mujeres sufren SPM en algún momento de su vida, en la mayoría de los casos de carácter leve. Siendo más frecuente en mujeres que con antecedentes de depresión. 

Los síntomas de SPM pueden empeorar después de los 30 o 40 años, a medida que se acerca la menopausia y se entra en la etapa de transición hacia la menopausia, llamada perimenopausia. 

Los síntomas de SPM son diferentes para cada mujer. Pueden aparecer síntomas físicos como hinchazón o gases, o síntomas emocionales como tristeza, o ambos. Además los síntomas también pueden ir cambiando a lo largo de la vida. 

En líneas generales los síntomas físicos serían: 

  • Inflamación o sensibilidad en los senos
  • Diarrea
  • Hinchazón o gases
  • Calambres
  • Dolor de cabeza o de espalda
  • Torpeza
  • Menor tolerancia a los ruidos o a la luz

Los síntomas emocionales más característicos abarcan:

  • Irritabilidad o comportamiento hostil
  • Cansancio
  • Problemas para dormir (dormir demasiado o demasiado poco)
  • Cambios en el apetito o atracones
  • Problemas para concentrarse o para recordar las cosas
  • Tensión o ansiedad
  • Depresión, sensación de tristeza o ciclotimia
  • Cambios de humor
  • Menos interés en el sexo

Para reducir o paliar los síntomas del SPM puedes realizar diferentes cambios en tu estilo de vida, tales como: 

  • Llevar un estilo de vida saludable a nivel físico, realizando ejercicios y actividad física aeróbica. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico puede ayudar en los síntomas depresivos, a disminuir el cansancio y a mejorar la atención. 
  • Realizar elecciones de alimentos saludables. Se conoce que evitar alimentos y bebidas con cafeína, sal y azúcar durante las dos semanas previas al período menstrual puede reducir muchos síntomas del SPM. 
  • Dormir al menos 8 horas diarias. La falta de sueño está vinculada con la depresión y la ansiedad, y puede empeorar los síntomas del SPM, como los cambios de humor. 
  • Evitar el consumo de tabaco. En un estudio de grandes dimensiones, las mujeres que fumaban informaron más síntomas del SPM y de peores características que las mujeres que no fumaban. 

 

El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) es una prolongación grave, a veces discapacitante, del síndrome premenstrual (SPM). El momento de aparición de los síntomas del TDPM es el mismo que en el SPM. 

Las causas de la aparición del TDPM, no son claras. Obviamente están relacionadas con el SPM y los cambios hormonales, pero se desconoce el motivo por el cual en algunas mujeres se agrava dando lugar al TDPM. 

La frecuencia de dicho trastorno se sitúa entre el 3 y el 5% de las mujeres menstruantes. La existencia del mismo puede ser valorada por un equipo médico y psicológico. Se ha demostrado que la terapia puede paliar la sintomatología ayudando a promover cambios en el estilo de vida, la alimentación y la regulación emocional. Así como el uso uso de antidepresivos y tratamientos hormonales.